El aprendizaje permanente, una forma de vida en la era digital

En un mundo donde el mundo profesional ya está perturbado por revoluciones tecnológicas, COVID-19 está alimentando aún más las llamas de la transformación digital. Desde el comercio minorista hasta la banca, y desde la industria hasta la educación, la pandemia está obligando a industrias enteras a cambiar sus modelos comerciales, lo que genera nuevos tipos de fuerza laboral y nuevos desafíos para las habilidades.

Hoy en día, la pandemia representa una doble amenaza para las vidas y los medios de subsistencia, aumentando la presión sobre los estados, las industrias y los trabajadores. La Organización Internacional del Trabajo advierte que 436 millones de empresas enfrentan un alto riesgo de sufrir graves trastornos que afecten los medios de vida de 1.600 millones de trabajadores de la economía informal, casi la mitad de la fuerza laboral en todo el mundo. La pandemia obligará a las empresas a reducir su dependencia de las personas para realizar trabajos poco cualificados que puedan automatizarse, lo que reducirá los riesgos y los costes.

Habilidades basadas en un modelo educativo obsoleto

En una encuesta global de PwC realizada a finales de 2019, al 74% de los directores ejecutivos les preocupa la disponibilidad de habilidades relacionadas con la era digital, a saber, creatividad, resolución de problemas y comprensión de cómo se puede utilizar la tecnología digital. Esto no es de extrañar. El problema es que nuestro sistema educativo actual está anclado en el modelo de la revolución industrial, cuando se necesitaba un conjunto relativamente fijo de habilidades y conocimientos. El énfasis en la memorización y la estandarización, habilidades que serán reemplazadas fácil y efectivamente por inteligencia artificial y aumentada, es insuficiente para la era de la innovación.

Los trabajos de hoy y de mañana requerirán una combinación de inteligencia, emoción, resistencia y la capacidad de trabajar con máquinas. Las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica, la Internet de las cosas o incluso la biotecnología y la computación cuántica están creando nuevos tipos de trabajos. El Instituto para el Futuro predice que el 85% de los trabajos que tendrán los trabajadores en 2030 aún no se han inventado.

Todas las grandes empresas y todos los ecosistemas gubernamentales están pensando en lo que será quizás el mayor desafío para la fuerza laboral de la próxima década: hacer coincidir los trabajos con las habilidades. Agregue a eso la maduración esperada de la economía de conciertos, que traerá variabilidad y agilidad a nuestra fuerza laboral. Todo esto significa que lo que aprendemos, la forma en que lo hacemos y el rol del instructor, todo cambiará.

Dado que las tareas repetitivas en el lugar de trabajo se automatizarán a través de máquinas e inteligencia artificial, los seres humanos deberán realizar tareas cognitivas no repetitivas de orden superior utilizando máquinas digitales que amplifiquen sus propias habilidades. A medida que las máquinas aprenden a resolver problemas, los trabajos humanos evolucionarán hacia la tarea creativa de encontrar problemas empresariales y sociales urgentes, y luego encontrar formas de aplicar máquinas y tecnología para resolver ese problema. Para tener éxito en este nuevo paradigma, los trabajadores deberán cultivar su curiosidad y aprender a resolver problemas.

Estudiantes y trabajadores de por vida

En el futuro, los humanos tendrán que hacer lo que solo ellos están equipados para hacer: usar su empatía y su cociente emocional para usar la tecnología de manera significativa para que los negociosmejoren nuestras vidas. Esto requerirá un enfoque antidisciplinario del aprendizaje, donde no hay una sola disciplina que dominar, sino un continuo de aprendizaje, desaprendizaje y reaprendizaje. Este enfoque ya lo han adoptado las industrias que utilizan diversas tecnologías. Las empresas también necesitarán construir una fuerza laboral mucho más diversa, extraída de las artes liberales, el diseño, las humanidades, la antropología y disciplinas de casi todo tipo, además de los tecnólogos puros.

Para prosperar en la Cuarta Revolución Industrial, los seres humanos necesitarán realizar un cambio fundamental del aprendizaje lineal al aprendizaje permanente. Este cambio será tan importante como la mecanización de generaciones anteriores de agricultura y manufactura, si no más. La gente tendrá que aprender a aprender, a desaprender y a volver a aprender. Sin embargo, el aprendizaje de adultos es difícil. El fracaso es más difícil de aceptar, pero es parte del proceso de desaprendizaje. Entonces, para cualquier individuo, estar inmerso en una cultura de aprendizaje permanente es un gran cambio.

Este atributo será más valorado en la era digital porque ayudará a los trabajadores a mantenerse relevantes y a guiar sus propias carreras, ya sean vendedores que experimentan con principios de ingeniería de software o programadores que mejoran sus habilidades de ingeniería de software. experiencia de usuario y diseño de interfaz humana. Al adquirir nueva experiencia y conocimiento, los trabajadores pueden mejorar sus carreras para cubrir una red más amplia y ayudarlos a desarrollarse lateralmente dentro de su organización. El aprendizaje en línea y en cualquier momento puede ofrecer a los empleados una oportunidad eficiente y accesible para desarrollar habilidades en nuevas áreas y funciones.

Se espera que la pandemia COVID-19 marque un punto de inflexión en la forma en que las personas trabajan, transformando su enfoque de la flexibilidad y la movilidad en el trabajo. Asimismo, muchas organizaciones adoptarán modelos alternativos de prestación de servicios y creación de empleo. Pase lo que pase al otro lado de esta crisis, empresarios y empleados estarán más cerca del modelo de trabajo del futuro, que se basará en el aprendizaje permanente.

Fuente: Nuevo Periódico

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